ROSARIOS PÚBLICOS

Una de las actividades principales de México Guadalupano es la promoción del rezo del Santo Rosario, ya sea a través de la Hora Guadalupana o bien en eventos o ceremonias públicas.

En algunas ocasiones corresponde a nosotros la organización, mientras que en otras, nos sumamos a asociaciones u organizaciones, todo con el mismo objetivo, glorificar a Dios y a la Santísima Virgen María.

Así, por ejemplo, es ya tradicional el rezo del Santo Rosario en la explanada del templo del Expiatorio, donde se dan cita decenas de personas, previa convocatoria a través de redes sociales.

El rezo del Santo Rosario es una de las devociones tradicionales más importantes y hermosas de nuestra religión católica, y en él se medita sobre los principales Misterios o hechos de la vida, Muerte y Gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre.

La oración verbal consiste en recitar el Padre Nuestro y el Ave María mientras meditamos sobre cada uno de los Misterios del Rosario, ya sean Gozosos, Dolorosos y Gloriosos.

En diversos escritos se señala que la palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Simbólicamente cuando rezamos el Ave María estamos dando a Nuestra Señora una hermosa rosa. Como la rosa es la reina de las flores, así es también el Rosario, de todas las devociones la más importante.

Respecto a su origen, se indica que la Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: Nuestra Señora se apareció a Santo Domingo y se lo entregó como un arma poderosa para la conversión de los herejes aquellos tiempos. De hecho muchos de los herejes se convirtieron y desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

El rezo del Santo Rosario es una de las devociones tradicionales más importantes y hermosas de nuestra religión católica, y en él se medita sobre los principales Misterios o hechos de la vida, Muerte y Gloria de Jesucristo Nuestro Señor y de su Santísima Madre la Virgen María.
Nuestra Señora se apareció en forma milagrosa a Santo Domingo de Guzmán en el año de 1214 y se lo entregó como un arma poderosa para la conversión de los herejes aquellos tiempos.